Así será el Olimpo del Vallenato en la tierra del acordeón

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La inversión en la obra es  de $138.000 millones con recursos de regalías y tardará 22 meses.

El Centro Cultural de la Música Vallenata será para Valledupar el equivalente al Museo del Carnaval de Barranquilla.

Y para hacerle homenaje a la ciudad la obra tendrá la forma del mítico árbol de mango de la legendaria Plaza Alfonso López, fuente de inspiración de compositores e intérpretes.

En opinión de urbanistas este será el ícono de la arquitectura de la ciudad. Empezó a ser construido con $138.000 millones de las regalías del Cesar.

 La estructura contará con estudios de grabación, museografía, hall de la fama con las figuras en cera de los juglares, plaza comercial cubierta, mirador, entidad bancaria, espacio para microferias y la sala de eventos para 1.200 personas en espacio flexible reconfigurable. Además, un sótano con 243 celdas de parqueo, restaurante, cafetería, oficinas, entre otros espacios.

Este proyecto generará 500 empleos durante 22 meses, tiempo en el que se ejecutará la obra.

Además de garantizar la conservación del vallenato, el Centro Cultural de Música Vallenata enruta a Valledupar hacia una nueva forma de generar ingresos a partir del turismo cultural, con una infraestructura adecuada para el desarrollo de eventos alrededor de la tradición y el folclor vallenato.

Al mismo tiempo promoverá el estímulo a los actores y gestores culturales, la organización y participación en eventos, además de generar procesos y espacios de investigación y transferencia de conocimiento para artistas, gestores culturales y la comunidad.

El gobernador Luis Alberto Monsalvo consideró que el proyecto es clave para consolidar la identidad regional, generar transformación social, y situar a Valledupar entre los principales destinos del turismo cultural en el mundo.

Recordó que los diseños y estudios, a cargo de la firma IDOM, quedaron listos en su primera administración.

“Esta obra responde a la obligación que tenemos de preservar para el futuro el vallenato y todos los elementos que componen su crecimiento y su evolución, un compromiso que se volvió inaplazable cuando la Unesco reconoció nuestra música vallenata como un patrimonio inmaterial”, agregó.

Justo reconocimiento. La primera piedra del museo unió a artistas del folclor de la vieja tradición y la llamada ‘nueva ola’.

Para Rita Fernández, presidenta de Sayco, la obra será punto de referencia del folclor y también el turismo internacional.

“Esto es saldar una deuda histórica con la trascendencia de la música vallenata y la declaratoria de la Unesco”, sostuvo la autora de Sombra perdida.

Adriana Padilla, del Mincultura, con el maestro Sergio Moya.

‘Poncho’ Zuleta destacó la necesidad de que la ciudad tuviera esta ‘vitrina vallenata’. “En Valledupar estábamos huérfanos, necesitábamos un techo, no teníamos casa donde arropar nuestro folclor”, dijo.

El maestro Andrés ‘el Turco’ Gil llamó el museo como una especie de ‘Vaticano’, uno de los lugares más visitados en el mundo.

A su vez Peter Manjarrés coincidió en que el museo era una necesidad no solo para los intérpretes, sino para los juglares.

El compositor Rafael Manjarrez afirmó que “con esta ‘primera piedra’ se inician los cimientos de un escenario donde se pueden hacer eventos culturales importantes que enmarquen nuestro compromiso con la música vallenata, que es lo que nos ha identificado en el mundo.

El cantautor Deimer Marín señaló que “es un gran paso que se da en reconocimiento nacional e internacional de la música vallenata, celebro esta materialización de una obra que es de gran orgullo para todos los artistas de nuestro folclor”.

Para el acordeonero ‘Cocha’ Molina, la obra es un homenaje a todos los creadores de la cultura vallenata. “Qué mejor que la gente tenga en su memoria quiénes somos, y quiénes fueron los grandes juglares e íconos de este género”.

El compositor Gustavo Gutierrez uno de los invitados.

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